Porque en Valencia tenemos los lugares más bonitos del mundo donde brilla el sol y se refleja la luz en el agua. Valencia es eso: luz y agua. Y amantes bonitos, parejas estupendas, de amor puro, del de verdad. ¿Así como no se puede desear hacer un postboda en Valencia?

Iris y Batiste son mis encantadores novios, con los que iría al fin del mundo, con los que no pararía de hablar, conversar, pasear… Con ellos todo es mágico y brillante, como la luz. Y las fotos no pudieron quedar de otra manera, con una luz brillante, con una ternura especial, con un amor maravilloso y un color palpable, cálido y romántico.

¡Os quiero mucho chicos y os deseo lo mejor! Ha sido un placer, del bueno, pasar estos ratitos con vosotros.

 

 

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