Cuando Amparo y Alfred me dijeron que querían que les hiciese las fotos el día de su boda me hizo muchísima ilusión. Primero, por ser Alfred del mismo pueblo que yo. Segundo, por ser la boda en noviembre (me gusta el mes de noviembre). Tercero, porque sabía que sería una boda muy bonita en un lugar precioso y estaría rodeada de amigos y conocidos.
Se casaron en el Molí Nou, en Beniflá, muy cerca de Gandia (Valencia). Un molino antiguo restaurado con grandes jardines donde se pueden celebrar ceremonias y hasta el banquete completo en el exterior. Ellos se casaron a las puertas del antiguo molino, pasando después a los jardines para el cocktail y comiendo en una sala completamente acristalada con un diseño industrial muy característico. Para finalizar, el baile se trasladó dentro del propio molino, donde se podía apreciar la arquitectura del espacio. Un lugar de ensueño. Una vez más, me acompañó mi compañera Elena para no perder detalle de nada.
La novia llegó a la ceremonia con un fiat 500 rojo, el coche de su hermana. Fue una boda campestre con muchísimo encanto. Era noviembre y hacía un poco de frío, pero Amparo, más allá del típico abrigo de piel que usan las novias, se abrigó con una cazadora color camel de ante. Original y práctica.














